Cuando terminó la película, me quedé pensando y llegó este delivery de coaching.
Confieso que me pregunté… ¿el guionista será coach?
Volviendo a la pregunta inicial y en una especie de braimstormig furioso, todas estas palabras vinieron a mi mente:
Destino, tiempo, dolor, nobleza, aprendizaje, valores, rutina, carácter, sentimientos, bloqueo emocional, vida, hermetismo, soledad, rituales, espacio, humor, amor, miedo, modelos mentales, lenguaje, negación, cambio,desapego… y “una vaca” que no anticipa el final.
Estas son algunas cosas que vio mi observador.
Relacioné la película con un tema que muchas veces es clave en un proceso de coaching: “poder diferenciar fenómeno de explicación”.
El fenómeno (hecho, acontecimiento) pertenece a la experiencia. La explicación pertenece al observador.
Las experiencias nos remiten a las cosas que nos pasan en la vida y sobre ellas elaboramos determinadas interpretaciones. Nos contamos historias (cuentos) que nos mueven o nos paralizan, es decir nos hacen crecer o instalarnos en nuestra zona de confort.
Esta maravillosa historia muestra la trasformación que va viviendo el observador
(protagonista)...un proceso que comienza a partir de un fenómeno.
De pronto la asociación de hechos y explicaciones hacen que el sentido de su realidad adquiera un nuevo significado.
Lo absurdo se vuelve cotidiano, lo trágico se confunde con lo real, el desapego es un pasaporte a lo nuevo, el dolor se transforma en un motor de cambio, los valores en su principal patrimonio y gracias a una vaca transforma el miedo en amor…
¿Una señal o un cuento chino?...
¿Qué es lo que usualmente ve tu observador?
