viernes, 7 de enero de 2011

La utilidad marginal de una expectativa


Hay un concepto técnico en el mundo de las ciencias económicas que siempre me interesó y es el de Utilidad marginal(UM).
Se trata de la satisfacción adicional que se obtiene por el consumo o uso de una unidad más de alguna cosa, cualquiera sea.
En este caso me interesa explorar la utilidad marginal que genera una expectativa. Más allá del análisis microeconómico, no pretendo profundizar en el consumidor, sino ampliar el campo y pensar en la expectativa como cosa o como sustantivo, para entender el impacto que puede generar en las diferentes áreas de nuestra vida cotidiana.
Cuando entran en juego las expectativas, algo, no siempre muy específico, ni de fácil identificación, nos moviliza. Se despiertan o surgen nuevas emociones y de pronto, en nuestro interior, nos encontramos como niños jugando a: pan y queso… ¿se acuerdan? A ver quién gana más terreno… ¿razón o emoción?


Las expectativas no son ni buenas ni malas, lo que si me animo a afirmar es que el impacto que generan puede ser positivo o negativo…
Por ejemplo, en el ámbito de las relaciones personales…
¿Cómo sería la UM de una expectativa?
UM negativa o decreciente:
Uno se enamora de alguien por lo que puede llegar a ser y lo deja cuando puede ver lo que es.
UM positiva o ascendente:
Uno se enamora cuando se enamora y cuando puede ver, elige quedarse con lo que es.

Más allá de este ejemplo, que parece un simple ejercicio de lógica, una vez más el equilibrio entre razón y emoción es el gran desafío.

La utilidad marginal de mi expectativa en relación a este concepto sigue siendo positiva y ascendente al comprobar cuanto de humana tiene la economía como ciencia.

Hay una ley que propone combinar expectativas con actitud:
Dice que todo es más simple si a expectativa cero le ponemos cien % de actitud…
Tal vez esta sea una buena opción para maximizar la utilidad de una expectativa…